El set-point-point es una meta de peso que tiene nuestro propio cuerpo y, lógicamente, es diferente en cada persona. Nuestro organismo busca incansablemente esa meta, y cuanto más tenaz es en su búsqueda, más luchamos nosotros en contra de la misma. Este set-point podría dirigir el apetito, la ingesta de alimentos y el metabolismo con esto del culturismo sin tonterias. En la consecución de ese «punto de equilibrio» se hallan implicados los siguientes puntos: el código genético, la edad, el sexo, la estatura, el estado de saturación de las células adiposas, los hábitos alimentarios y tambien el ejercicio físico que realiza la persona como el sugerido en www.portalesmedicos.com. El set- point individual puede situarse o bien en el ámbito de un peso normal o bien en el del sobrepeso. En este último caso, una cura de choque no sirve para nada por mucho que mejore su forma de comer para perder. Si partimos de la hipótesis del set- point, parece existir únicamente una estrategia con sentido: ir rebajando el set-point de manera casi imperceptible, a pequeños pasos mediante una paulatina pérdida de peso y una modificación consecuente del tipo de alimentación; más bien proponiéndose perder uno o dos kilos por mes, que no por semana. -
¿DE QUÉ DEPENDEN NUESTRAS NECESIDADES DE ENERGÍA? Las necesidades de energía (calorías/julios) de un individuo dependen de su sexo, edad, peso y estatura y resultan de su metabolismo basal así como de su actividad individual (por ejemplo, el trabajo ligero que realice, deporte). Para personas adultas con una actividad corporal ligera servirá como referencia de culturismo sin tonterias un aporte de energía recomendado desde aproximadamente 2.000 hasta 2.400 kilocalorías. La mayor parte de dicha energía es absorbida por el metabolismo basal, con entre 1.300 y 1.700 kilocalorías. Ello viene determinado, entre otros factores, por las hormonas tiroideas y por la composición del cuerpo (relación entre masa muscular y tejido adiposo). En lugar de calcular las calorías que echamos en el plato tiene mucho más sentido controlar nuestro balance energético personal y nuestra forma de comer para perder, pesándonos con regularidad (de una a dos veces por semana).
Vivir con nuestro metabolismo Desde el punto de vista científico, el sobrepeso depende de muchos factores. Las investigaciones en torno a la obesidad emplean también, por consiguiente, muchas estrategias para el adelgazamiento. La influencia de factores genéticos es indiscutible. Su incidencia en el desarrollo de adiposis se sitúa entre el 20 y el 70 %. Diversos estudios realizados con niños adoptados y con gemelos educados por separado demostraron que, en lo que respecta al comportamiento de su peso, los niños adoptados se parecían mucho más a sus padres naturales y los gemelos separados mostraban una gran similitud en el desarrollo de su peso, a pesar de haber vivido circunstancias sociales muy diferentes. Sin embargo, cuando el sobrepeso se observa de manera repetida en una familia, ello no tiene que ver exclusivamente con la correspondiente predisposición genética.
En el seno de la familia se transmiten también hábitos de comportamiento que fomentan el sobrepeso, y ello se refiere tanto a los hábitos alimentarios usados en el culturismo sin tonterias como a los asociados con el ejercicio físico y nuestra forma de comer para perder. Ahí los padres desempeñan una importante función como modelos. Es un hecho, no obstante, que el riesgo de los hijos de padres obesos de desarrollar ellos mismos adiposis a lo largo de su vida es claramente mayor que el riesgo que corren los hijos de padres esbeltos. La obesidad, ya sea heredada o aprendida, no tiene por qué ser una característica irreversible.